¿Qué es la Metodología Agile?
Una metodología de trabajo basada en un modelo de organización y distribución del trabajo, que te ayudará a hacer frente a los improvistos del día a día de una forma rápida y eficaz.
El denominado método AGILE es una filosofía de trabajo diseñada por 17 expertos en desarrollo de software hace ya veinte años. Un modelo de organización y distribución del proceso productivo, basado en la idea de que el valor de la persona está por encima del trabajo. Un método versátil, que permite hacer frente a posibles imprevistos con rapidez y eficacia, evitando la rigidez de los métodos en cascada, y que se asienta sobre 4 valores esenciales:
- Individuos e interacciones > Procesos y herramientas.
- Software funcionando > Documentación extensiva.
- Colaboración con el cliente > Negociación contractual.
- Respuesta y flexibilidad ante el cambio > Ceñirse al plan.
Entre sus valores se encuentran la priorización de la personas antes que cualquier otra cosa, fomentando con ello la flexibilidad y la comunicación entre los miembros del equipo y para con el cliente; la necesidad de una actitud constructiva y no crítica, basándose en un pensamiento de equipo y no en lo individual; favorecer el hecho de que todo el mundo sepa cuáles son sus cometidos y sus plazos de entrega, y, por último, que la flexibilidad y el trato humano favorezcan la motivación, la creatividad y, cómo no, el vínculo emocional.
Los 4 valores del manifiesto se concretan en 12 principios que definen la aplicación del método AGILE en cualquier equipo de trabajo:
- La satisfacción del cliente es prioritaria, la conseguiremos mediante la entrega temprana y continua de software con valor.
- Los proyectos están vivos, lo que supone que los requisitos pueden ir cambiando, algo que no es un problema, sino una ventaja competitiva. Una buena capacidad de adaptación a esos cambios o mejoras, puede ser considerada por el cliente como un elemento diferenciador que lo fidelice con nuestra marca.
- Entregamos software funcional frecuentemente, entre dos semanas y dos meses, con preferencia al periodo de tiempo más corto posible.
- Los responsables de negocio y desarrolladores trabajarán conjuntamente durante todo el proyecto.
- La motivación y confianza en el equipo son esenciales. Poner a su alcance todos los recursos que necesiten, será imprescindible para el correcto desempeño de sus funciones.
- El método más eficiente y efectivo de comunicación entre los miembros del equipo es la conversación cara a cara.
- Software funcionando es la principal medida de progreso.
- Hemos de asegurar la sostenibilidad de los recursos, el ritmo de trabajo y la gestión del tiempo.
- La excelencia técnica ha de prevalecer en todos los procesos productivos.
- Menos es más. Cuanto más simple, mejor. Por ello el arte de maximizar la cantidad de trabajo no realizado (o prescindible) es esencial en el desarrollo ágil de proyectos.
- Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños surgen de la auto-organización de los equipos.
- Realizar en intervalos regulares una reflexión conjunta sobre cómo ser más efectivo para a continuación ajustar y perfeccionar el método de trabajo.
Con Agile, mejorarás la calidad del producto, la satisfacción del cliente, la motivación de los empleados, fomentarás el trabajo colaborativo, tendrás una mayor capacidad de análisis y predicción de costes y tiempos de ejecución, y reducirás la inversión realizada.
La implantación de una metodología Agile no es exclusiva del departamento de desarrollo, sólo extendiéndola al resto de la organización apreciaremos el valor real de su aplicación. Los equipos de Marketing, Recursos Humanos y Comercial también se verán profundamente afectados y deberán implicarse en la transformación organizacional. El auténtico impulso se aprecia cuando todos los equipos abrazan la misma cultura de trabajo, en ese momento Agile deja de ser únicamente una metodología de desarrollo, se convierte en un proceso de negocio.
Por último, es importante no olvidar que es clave respetar la mentalidad existente en la empresa, es decir, implantar este sistema no implica asumir que todo lo anterior no sirve, sino destacar lo positivo y mejorar lo que sea mejorable.
CONSEJOS:
Reserva un cuarto de hora al comienzo de tu jornada para evaluar el estado de las diferentes partes del proyecto en curso. Incluso si el equipo dice que no hay ninguna novedad, esa reunión habrá sido productiva, pues, si no hay novedades relativas a cuestiones pendientes de resolución, deberemos interesarnos por los motivos, valorando, por ejemplo, un incremento en el personal dedicado durante ese día a una tarea concreta; en caso de que no existan novedades porque todo va bien, pues mejor que mejor.
Deja abiertas las tareas que estén más lejanas en el horizonte temporal, aunque siempre manteniendo la coherencia con el objetivo final. De este modo, podrás aportar mayor dinamismo a tu trabajo.
Sencillo, ordenado y 100% productivo: así es Agile.
